La festividad del 31 de octubre en Perú tiene como objetivo resaltar y valorar un género musical que se nutre de una rica mezcla de influencias. Este país es conocido por su diversidad, tanto en términos de población como de tradiciones culturales arraigadas en su historia milenaria.
En particular, el Día de la Canción Criolla, celebrado el 31 de octubre, ha adquirido un significado especial a lo largo del tiempo. Su origen se remonta al inicio del siglo XX, cuando músicos limeños comenzaron a cautivar a la audiencia con melodías que fusionaban elementos del vals vienés, la jota española y ritmos prehispánicos y afroamericanos. Esta amalgama de influencias culturales refleja la diversidad que caracteriza al Perú.
Hablar de este género musical es hablar de peruanidad y retroceder a tiempos de antaño. La música es sinónimo de alegría, recuerdos, bellos momentos donde la jarana se arma con guitarra y con cajón y llena de orgullo los corazones que vibran al ritmo de los instrumentos.
La fecha se estableció como celebración oficial el 18 de octubre de 1944, gracias al impulso del Centro Social Musical «Carlos A. Saco» y otras instituciones, con la aprobación del presidente Manuel Prado Ugarteche.
Todo este conjunto emitía un sonido que finalmente se convirtió en un nuevo género, nuestra hermosa música criolla, también llamada ‘música mestiza’.
La primera conmemoración de esta fecha no tardó en llegar. El centro «Carlos A. Saco» en Barrios Altos se engalanó para recibir al presidente y llevar a cabo una ceremonia especial que incluyó el izamiento de la bandera, la entonación del himno nacional y la participación de destacados músicos como Teresita Arce, Carlos Pacheco, Luis Pardo y los hermanos Ascue.
Este día es una ocasión especial para celebrar la riqueza y la diversidad de la música criolla en el Perú, que continúa enriqueciendo la identidad cultural del país a lo largo de los años.